sábado, 22 de mayo de 2010

Transculturización














































El término transculturación se generó en el terreno de la antropología a partir del año 1935; el concepto lo ideó Fernando Ortiz (En "Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar") con el fin de clasificar el estudio del contacto cultural entre grupos diferentes, sin embargo, su definición ha ido modificándose para delimitar más claramente su campo de acción. Inicialmente se ha definido a la transculturación como un proceso gradual por el cual una cultura adopta rasgos de otra hasta culminar en una aculturación. Generalmente se ha supuesto que la enseñanza o intercambio de rasgos va desde una cultura "más desarrollada" (por ejemplo en cultura tecnológica ) a otra "menos desarrollada" y que esto puede ocurrir sin conflicto, sin embargo se observa que la mayoría de las transculturaciones son conflictivas, en especial para la cultura "receptora" máxime cuando los rasgos culturales son impuestos.





Describe los cambios culturales que representan los cambios de época. La cultura de la sociedad agraria evolucionó hacia la cultura de la sociedad industrial y así hasta la cultura de la sociedad del conocimiento. La transculturación producida por los cambios de época han logrado enriquecer el contenido cultural de las personas que se ven inmersas en este fenómeno antropológico.

La transculturalización no es un fenómeno nuevo, pero sus resultados siempre son vigentes, debido al constante cambio y evolución de las culturas incorporadas. Y el fenómeno de la globalización ha producido múltiples transculturizaciones, o mestizajes a lo que me referiré con mezclas. Estas mezclas, ya sean informáticas, culturales, artísticas, estilísticas, etc., se manifiestan de una manera espontánea en la cultura popular, indicando que de alguna manera están siendo asimiladas por la sociedad.









Este movimiento de continua absorción e incorporación cultural nos obliga a observar una influencia externa, y a darnos cuenta que no estamos solos o aislados. El simple hecho de reconocer algo externo nos sitúa en una nueva posición, donde podemos vernos a nosotros mismos desde una nueva perspectiva lo que nos lleva a descubrir que existen nuevos paradigmas. Y con esta nueva visión podemos redescubrir o re-visitar nuestros mismos elementos culturales y sociales, refrescando nuestras concepciones.




Es cierto que la transculturalización implica una pérdida, una invasión. Pero al mismo tiempo implica una ganancia no sólo de nuevos elementos culturales sino también de nuevas perspectivas. Es así como re-visto la cultura popular mexicana, los rótulos, los dichos, los ruidos, la frustración, etc. Y descubro su nuevo valor.





Este nuevo valor está en juego directo con los elementos de la cultura contemporánea, a veces contraponiéndose y creando sorpresivos contrastes y a veces fundiéndose y dando a luz a creaciones que retan nuestros prejuicios.





Uno de estos aspectos en juego es la claridad y precisión del mundo electrónico y la inocencia y emoción de la pintura vernácula. Se crea un vínculo irónico pero inevitable.





Es así como llego a dos cosas:





1. El píxel como enunciado visual del mundo tecnológico, donde se sintetiza lo binario, y donde una imagen pixelada adquiere la calidad de fragmentación/unidad, esto es, la imagen se divide en incontables partículas cada una con características diferentes, pero al mismo tiempo, percibiendo todas a la misma vez se comprende su unidad.





2. La pintura naive de rótulos, con la calidad lúdica y no pretensita, pero con una gran calidad expresiva. La pintura como materia y calidades táctiles se vincula con emociones táctiles y corporales, texturas, temperaturas, ritmos.





El lazo final es que en la cultura actual se mezclan emociones corporales y la percepción tecnológica e informática global, resultando en una realidad mezclada, no sólo de percepciones pero de información cultural y de ritmos de vida. Esta exposición -Picsel- consta de temas muy variados, bajo esta visión.

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